Garantizar el acabado del concreto es una de las principales preocupaciones que existen en la construcción. La superficie de una estructura es la parte que está en mayor grado de exposición a condiciones de humedecimiento, secado, cambios de temperatura y desgaste mecánico. Este proceso es fundamental para obtener la textura, planicidad y durabilidad deseada.
Otra justificación para garantizar un buen acabado es que este hace atractiva a una superficie y la deja lista para ser utilizada. Dependiendo del tipo de estructura, del uso, de los requerimientos de durabilidad y de otras características, cada acabado es particular y diferente, aunque la mayoría de acabados son de tipo funcional y/o decorativo.
¿Qué es el acabado del concreto?
El acabado es un proceso que parte desde el diseño de mezcla del concreto, las proporciones de los materiales, incluyendo un método de consolidación adecuado para garantizar que solamente el mortero que es necesario para el acabado quede en la superficie. Generalmente, cuando una superficie de concreto no tiene acabado, quedan expuestas las marcas de la formaleta que fue utilizada durante el proceso de vaciado.
El acabado de una superficie de concreto puede ir desde quitar las rebabas y reparar pequeñas imperfecciones, hasta acabados decorativos de superficies de concreto a la vista, donde el color y la textura superficial son protagonistas en la estructura.
Concreto estampado
Cuando las reparaciones en el acabado de la estructura son mínimas, se deben realizar inmediatamente después del fraguado inicial del concreto para garantizar una reparación monolítica con el concreto de base. Generalmente este tipo de acabados se hacen seguido de quitar la formaleta. Si el acabado requiere reparaciones más profundas o especiales como cepillado, fregado, pulido o picado, se debe esperar hasta que el concreto haya ganado suficiente resistencia y así evitar desprendimientos indeseados de agregados gruesos.
Proceso de acabado del concreto
Generalmente el proceso de acabado se puede dividir en varias etapas. El enrasado es la primera actividad del acabado y consiste básicamente en quitar el exceso de concreto hasta el nivel de la cimbra para que la superficie tenga un perfil correcto. Una vez se ha eliminado el exceso de concreto en el elemento, se procede a eliminar las marcas que generalmente deja, para lo cual es aconsejable utilizar una llana grande de madera.
Hechos los procesos anteriormente mencionados, es importante esperar que el concreto fragüe a un punto donde los pies de una persona que transita por la superficie dejen una simple huella. De esta forma se podrá iniciar el emparejado de la superficie.
El emparejado es un procedimiento en el cual se busca incrustar algunas partículas que están sueltas, eliminar pequeñas imperfecciones y compactar la superficie de concreto. El proceso se realiza a través de llanas de madera o metálicas, o frecuentemente también es usada una máquina terminadora. En ocasiones donde el emparejado debe generar una textura áspera en la superficie, puede ser necesario repetir el proceso.
Cuando se requieren superficies lisas, es necesario que después del emparejado continúe la actividad de alisado. Al igual que el emparejado, el alisado es un proceso que debe tener muy presente el punto de inicio, se debe realizar en el momento preciso ya que si el concreto está en un estado muy blando o plástico se puede llegar a obtener resultados no deseados como la descamación y/o el agrietamiento o la pulverización, generando una reducción en la resistencia de desgaste de la superficie.
Existe un tipo de acabado cuando se requieren superficies de concreto que generen fricción y es el acabado con escoba. Este tipo de acabado se debe realizar antes de que el concreto haya endurecido. Para obtener rayados más profundos es necesario que la escoba sea de acero o de una fibra dura, de lo contrario será demasiado superficial y con el uso perderá rápidamente el acabado rugoso. Para mejorar la tracción, el rayado de las losas de concreto debe ser siempre en dirección perpendicular al tránsito de los vehículos o equipos que utilicen la superficie.
Inmediatamente después de terminado el proceso de acabado en el concreto y de haber obtenido las características deseadas en la superficie, es fundamental continuar con el curado. Este proceso consiste en mantener la humedad y temperatura del concreto controladas durante un periodo de tiempo y así asegurar la hidratación de todos los materiales y el endurecimiento apropiado. El curado es fundamental para mejorar la condición de la superficie y la calidad de la estructura.
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